La familia del actor Octavio Pérez Ocaña, quien falleció el pasado mes de octubre tras ser perseguido por la Policía, ha comunicado que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) ha aceptado considerar que la versión oficial sobre su muerte podría ser errónea, admitiendo de esa forma la posibilidad de que el joven pudiera haber sido asesinado.

Luego del incidente que terminó con la vida de Octavio Ocaña, la dependencia estatal entregó su primer informe, en el que se señaló que “el conductor (Octavio Ocaña) presumiblemente accionó el arma de fuego que portaba en su mano derecha”.

De ser desechada esta posibilidad por las autoridades mexicanas, la nueva línea de investigación en el caso del actor mexicano sería asesinato.

“Queda formalmente dicho que mi hijo no se disparó, faltan unas pruebitas nada más para poder confirmarlo, pero ya ellos saben, la fiscalía y nosotros, que mi hijo no se disparó, a mi hijo lo mataron”, informó Octavio Pérez, padre de “Benito”.

La nueva defensa de la familia Ocaña estará a cargo del abogado Francisco Hernández, cabeza de la Fundación Lex Pro Humanitas.

El jurista aseguró que se presentarán el lunes 13 de diciembre ante la Fiscalía General de la República (FGR) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para solicitar atraer el caso con el objetivo de determinar la violación a los derechos humanos por parte de la policía mexicana.

La primera línea estaría basada en una prueba de rodizonato de sodio realizada en las manos de Ocaña, la cual salió negativa y prueba que el actor no detonó ningún arma de fuego durante ese día.

Asimismo, informó que los cuatro impactos de bala en la camioneta de Octavio Ocaña contradirían la información brindada por los policías involucrados en la persecución, quienes mencionaron haber disparado solamente una vez al aire y nunca contra el vehículo.

El abogado también señaló que la escena del crimen fue manipulada, ya que el encargado de resguardarla fue un policía de tránsito municipal debido a que los peritos llegaron al lugar de los hechos cinco horas después.

Para finalizar, el jurista reveló que el casquillo de la bala que terminó con la vida de Octavio Ocaña fue sustraído y hasta el momento no ha sido ubicado.