Con la bandera de México ondeando al viento a lo alto de la popa y con los jóvenes oficiales y aspirantes a cadetes de pie sobre los travesaños de los mástiles, ingresó el Buque Escuela Cuauhtémoc al puerto alemán de Hamburgo, impactando a los turistas y alemanes que se encontraban reunidos en el muelle, aunque por otra razón, enfrente se encontraba el crucero británico Queen Mary II, que iba a zarpar momentos después, luego de estar en renovación durante meses en Hamburgo.
Pese a que la gente reunida en el puerto esperaba ver zarpar al navío conocido como “La reina de los mares”, el Cuauhtémoc capturó enseguida la atención del público, ya que de sus altavoces se escuchaba música mexicana que llenaba el ambiente.
Fue una llegada alegre y llena de vida, que dejó en segundo plano el cielo gris y lluvioso de este viernes 17 de junio en Hamburgo.
En el puerto, el Cuauhtémoc era esperado por la embajadora de México en Alemania, Patricia Espinosa, junto con el cónsul honorario de México en Hamburgo, Frank Westermann, personal de la embajada mexicana que vino desde Berlín, junto con mexicanos que se habían traslado a Hamburgo para presenciar el suceso.
Esta es la segunda vez que el Cuauhtémoc llega en Hamburgo, pero ha pasado mucho tiempo desde la primera vez, que fue en 1987.
Una vez que el buque ancló en Hamburgo, el capitán del navío, Pedro Mata Cervantes, bajó a saludar a la embajadora y la acompañó a la cubierta, donde ella pronunció palabras de bienvenida.
La música mexicana se seguía escuchando por los altavoces y al cabo de algunos minutos subieron al buque escuela los mexicanos ahí reunidos.
Más tarde, se abrió también la escalerilla para permitir el ingreso a bordo de los alemanes que se habían congregado. El Queen Mary II fue olvidado por un buen rato.
Los inesperados visitantes reaccionaron muy positivamente al gesto de cordialidad del barco mexicano. En un país riguroso como es Alemania, ese gesto inesperado gustó a los alemanes.
El capitán Pedro Mata Cervantes declaró que los casi cuatro meses de travesía del buque, que zarpó del puerto mexicano de Acapulco en marzo pasado, habían sido muy interesantes y fructíferos para los cadetes de la Escuela Naval mexicana.
“La principal razón de existir de este buque es exaltar su espíritu marinero”, explicó.
Indicó que “es un viaje en el que se ha complementado mucho el contacto con la naturaleza en la navegación a vela, con las visitas turístico-culturales y con el intercambio que se ha establecido con oficiales de otras marinas de guerra de países amigos” de México.
“En estos cruceros de instrucción se adiestra a los futuros oficiales de la Armada, se reciben oficiales invitados del Ejército mexicano y de la Marina Mercante y de armadas amigas de nuestro país con el fin de complementar la formación profesional y cultural de nuestros estudiantes”, subrayó.
El capitán de navío manifestó que el otro objetivo del viaje que está realizando el Cuauhtémoc es llevar el mensaje de buena voluntad de México al mundo.
La influencia que tiene ese tipo de viajes en los aspirantes a cadetes “es decisiva”, aseveró el capitán Mata Cervantes.
Por una parte reciben los conocimientos básicos de la navegación: el conocer con precisión de dónde se obtienen los datos de los equipos electrónicos.
“Pero, además, se establecen relaciones entre oficiales jóvenes en distintas partes del mundo, que se verán con el paso de los años en diferentes ejercicios multinacionales, en diferentes ámbitos profesionales, en estudios de especialización”, aseveró.
Destacó además que el viaje del Cuauhtémoc a Hamburgo se debe al Año Dual México-Alemania, que tiene lugar del 2016 al 2017. Los cadetes tienen programado visitar una de las bases navales de la Marina alemana y la base aérea.
Se trasladarán a Berlín para llevar a cabo una parte de la formación cultural, a la que calificó de muy importante. Después navegarán a otro puerto alemán, el Bremerhaven, y de ahí zarparán hacia Rotterdam, en la costa holandesa. Rotterdam es el principal puerto de entrada de Europa y Hamburgo es el segundo.
“Nosotros tenemos el firme propósito de mostrarle al mundo el México que sí somos, el México joven, el México emprendedor y que planteando objetivos concretos somos capaces de lograrlos”, apuntó.
“Somos además un buque-escuela que adiestra a nuestros futuros oficiales, competidores de las regatas de grandes veleros en el mundo, en donde hemos ganado en diversas competencias”.
El capitán de navío explicó a Notimex que el 15 por ciento de la tripulación son mujeres: 17 de ellas son ya cadetes, y a ellas se suman un total de 31 mujeres entre oficiales, cadetes, clases y marinería.
La aspirante de segunda, de quinto año del Cuerpo General, Yadira Uribe Cruz, corroboró la riqueza de experiencias que les está propocionando el viaje en el Cuauhtémoc.
Reconoció que la travesía ha tenido sus momentos duros, debido a que pasan mucho tiempo en alta mar, pero manifestó su orgullo de haber sido elegida para este viaje. Yadira tiene 20 años.
El aspirante de segunda, también en quinto año del Cuerpo General, Leonel Vergara Gutiérrez, resaltó la experiencia internacional que está recibiendo en este viaje, así como los contactos establecidos con otros aspirantes a cadetes en diversos países. Leonel tiene 19 años.
El Queen Mary II zarpó finalmente de regreso a Londres y muchos de los alemanes que se habían congregado por ese motivo presenciaron sonrientes su salida desde la cubierta del Cuauhtémoc.
Fuente: Notimex/doh/foto: archivo