Ciudad de México.- Convencidos de los riesgos de hacer una serie biográfica sobre alguien de la dimensión del luchador Blue Demon, los creadores de Televisa han preferido llevar a la pantalla una versión en colores del mítico personaje.

“Nunca se pensó en algo biográfico, hicimos la historia de un hombre con base en sus momentos icónicos con una parte de ficción alta. No es una biografía”, explica a Efe Mauricio Cruz, quien junto a Javier Solar dirigió “Blue Demon, el hombre detrás de la máscara”, que pasa en estos días por el servicio de vídeo bajo demanda Blim.

Salido de los estratos bajos de la sociedad, el hijo de granjeros Alejandro Muñoz Moreno se convirtió en la leyenda Blue Demon, uno de los personajes más queridos de México en la mitad del pasado siglo y su trayectoria ha sido llevada a la pantalla de manera recreada, con un toque humano por parte del actor Tenoch Huerta.

Cruz rechaza la idea de que la serie tiene muchos puntos de contacto con los de las telenovela y destaca cómo utilizaron cámaras independientes con óptica fija y mucho movimiento de cámaras y una fotografía arriesgada que permitió hacer una gran serie.

“Para mí es una serie que hicimos con muchísimo amor, fue difícil, pero divertido”, dice el director, que agradeció la experiencia de filmar en la Arena México, en la colonia Guerrero de la capital y en otros sitios donde alguna vez estuvo el gladiador, fallecido en 2000 a los 78 años.

La idea de realizar la serie, escrita a cuatro manos por Larissa Andrade, Rodrigo Ordóñez, Carlos Algara y Alejandro Martínez, partió de la aceptación que tiene la lucha libre en América Latina y de las posibilidades que tenía una producción con base en la vida del héroe, aunque no apegado a ella, sino de manera recreada.

En 65 episodios de 43 minutos cada uno, la producción fue dividida en tres temporadas, la primera y la segunda de 20 episodios cada una y la tercera, de 25.

Los realizadores enfatizaron en el cuidado de los detalles mínimos para acomodar las escenas en la época, los años cincuenta, lo que aumentó la credibilidad del argumento.

“A veces fue complicado buscar un edificio moderno y recursos que nos dieran la época, pero resultó atractivo”, asegura Cruz.

Además de Huerta en el papel protagonista, la obra cuenta con un reparto de actores de calidad como Ana Brendam en el personaje de Goyita, el amor incondicional del luchador; Joaquín Cosío como Ignacio Vera, su entrenador, y Tomás Goros en el papel de Efraín Larrañaga, un representante de la subcultura pachuca.

En la obra, Larrañaga, vestido con unos trajes muy típicos, es un empresario con visión para hacer dinero que al ver al joven Alejandro descubre que se trata de un talento por pulir y trata de sacarle provecho.

“Es un personaje interesante, el antagónico. Me tocó representarlo en una etapa de auge de los llamados pachucos, aquellos seres extravagantes con trajes largos con el saco casi hasta la rodilla, solapas anchas, bombachos y zapatos de colores. Fue necesario investigar, adoptar su peculiar manera de hablar y comportarse”, un reto divertido para mí”, dice a Efe Tomás Goros.

El intérprete asegura que un actor es un contador de historias y mientras dio vida al personaje se enamoró del proyecto por la personalidad del hombre que, aparte de su maldad y su manera retorcida para sacar provecho, es capaz de ser simpático.

“Larrañaga empujó a Blue Demon a ser lo que fue y eso resultó clave en la historia”, recalca Goros.

Para los biógrafos del peleador, la serie no ha sido una buena experiencia. Otra cosa sucede con quienes la aceptan como lo que es, un proyecto de pintar en colores la vida de un hombre que vino de abajo y llegó a lo más alto, lo cual en su época inspiró a muchos mexicanos.

yoselin (Periodico) (EFE)