La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, se pronunció por no limitar el comercio internacional y que en caso del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN), debe ser actualizado y ajustado a la realidad.
“Los acuerdos comerciales deben tomar en cuenta los continuos cambios para que se ajusten y continúen facilitando el comercio y aumentando el movimiento”, dijo en conferencia de prensa.
Sin embargo advirtió que no basta con eso, también deben considerar las regiones y los sectores que se afectarán con el comercio y las medidas para atenderlos como la capacitación para que se puedan también beneficiar.
No dio más comentarios, porque refirió que las negociaciones del TLCAN se están llevando a cabo en estos momentos.
“Un acuerdo que lleva 20 años de relación no es inusitado reexaminarlo y ver lo que ahora funciona en un contexto en el que ahora hay elementos que no existían antes como los avances tecnológicos, los celulares y la economía digital”, estableció.
REPARAR EL TECHO
Durante su mensaje de apertura para dar inicio a la reunión anual del FMI y del Banco Mundial, retomó una frase de Kennedy que decía que “había que reparar el techo mientras brilla el sol”.
En ese sentido advirtió que limitar el comercio no va a reparar el “techo”.
Señaló que en el FMI están viendo una recuperación más firme, con una base más amplia y que esperan habrá un crecimiento mundial más elevado este año y el siguiente de 3.6% y de 3.7%, respectivamente.
En ambos casos es un punto porcentual por encima de las previsiones anteriores y más de lo registrado en 2016, destacó.
Explicó que este repunte estará impulsado por el consumo, la inversión y el comercio que es compartido en economías de mercados emergentes con los de Europa, Japón y Estados Unidos, lo que representa un cambio.
Pero la recuperación no es completa porque el año pasado 47 países registraron un crecimiento negativo por cápita, incluyendo muchas economías pequeñas y frágiles, ponderó.
Por lo anterior muchas personas han visto limitadas sus aspiraciones con las repercusiones con la tecnología y desigualdad excesiva de ingresos.
De ahí el surgimiento de tensiones políticas crecientes y aumento del escepticismo; ante ello, los países no deben permanecer autocomplacientes.
“No es momento de ser autocomplacientes, sino se deben tomar las decisiones que van a permitir que haya más personas y países que van a beneficiarse de la recuperación”, advirtió.
El Universal