Rusia bombardeó el centro de Járkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, y otros objetivos civiles, además un convoy militar de 64 kilómetros formado por tanques y otros vehículos se acerca a Kiev.

Con el Kremlin cada vez más aislado por las duras sanciones económicas que han hundido el rublo, las tropas rusas avanzan hacia las dos principales ciudades de Ucrania.

En la estratégica Járkiv, ubicada al este y con alrededor de 1.5 millones de habitantes, los videos publicados en internet mostraron explosiones en un edificio administrativo de la era soviética y en zonas residenciales. Una sala de maternidad se trasladó a un refugio en medio de los ataques.

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, calificó el ataque en la plaza central de Járkiv, que atribuyó a un misil ruso, de acto de “terror directo y no disimulado” y crimen de guerra.

“Nadie perdonará. Nadie olvidará (…) Esto es terrorismo de Estado de la Federación Rusa”.

Mientras los combates se expandían más allá de los objetivos militares en el sexto día de la invasión rusa que ha sacudido el orden mundial del siglo XXI, surgieron reportes de que Moscú ha empleado bombas de racimo en tres zonas habitadas. Si se confirma, esto significaría que la guerra ha alcanzado un preocupante nuevo nivel.

El Kremlin negó el uso de este tipo de municiones y volvió a insistir en que sus fuerzas solo han atacado objetivos militares, a pesar de las evidencias documentadas por The Associated Press de bombardeos a viviendas, escuelas y hospitales.