Al menos 23 personas han muerto y más de 70 han resultado heridas tras derrumbarse la viga de un puente del metro de Ciudad de México en la noche del lunes. Se trata de la mayor tragedia en la ciudad desde el terremoto de 2017. Alrededor de las 22.25 la estructura que soportaba uno de los tramos exteriores de la línea 12 del metro se ha desplomado sobre una de las principales arterias al sureste de la capital. “Una trabe [viga] se venció en el momento en el que iba pasando el tren”, explicó la jefa de Gobierno de la capital mexicana, Claudia Sheinbaum, desde el lugar del suceso hacia la medianoche. La mañana de este martes Sheinbaunm ha pedido desde la conferencia matutina del presidente evitar especulaciones y esperar el resultado del peritaje externo sobre el accidente. Andrés Manuel López Obrador ha prometido que la investigación se llevará a cabo sin ocultar nada y “sin miramientos de ninguna índole”. “No hay impunidad para nadie”, ha enfatizado el mandatario. El canciller, Marcelo Ebrard, responsable de la construcción de línea 12 del metro durante su gestión como jefe de Gobierno de la ciudad (entre 2006 y 2012), ha asegurado que se pondrá “a disposición de las autoridades”. “Quien actúa con integridad no debe tenerle temor a nada”, ha afirmado.
La caída del puente y de dos de los vagones del convoy sobre la carretera ha dejado atrapados a algunos vehículos y decenas de personas. El accidente se produjo en una ciudad que cuenta con uno de los metros más transitados del mundo: más de 5,5 millones de personas lo utilizan al día como única vía de transporte a sus casas y trabajos.
El tren de la línea 12 circulaba entre las estaciones de Olivos y Tezonco en el momento del accidente. Los vagones se precipitaron sobre los vehículos que pasaban por debajo del puente en la avenida Tláhuac, según las imágenes de las cámaras de seguridad públicas, que captaron el momento del derrumbe. Los servicios de emergencia y personal de Protección Civil, así como miembros del Ejército, se desplegaron en toda la zona, que fue acordonada ante el espanto de cientos de vecinos. En los últimos años, en diversas ocasiones, habitantes de la zona habían denunciado la situación de deterioro de algunas de las estructuras del metro en este punto de la ciudad tras el seísmo de 2017.
Sheinbaum ha facilitado el balance de heridos que han tenido que ser ingresados: “Lamentablemente, hay 65 personas hospitalizadas. Siete están siendo intervenidas en quirófano”. Entre las víctimas hay menores de edad, según ha informado a los medios de comunicación. Los hospitales del sur y sureste de la ciudad se habían llenado de familiares buscando a sus hijos, esposos o hermanos en las listas que se fueron colgando a la puerta de algunos centros y compartido por redes sociales, pero no todos los heridos han sido identificados. La jefa del Gobierno ha señalado: “Por el momento, nuestra tarea principal es atender a las personas que están en los hospitales y a los familiares de las víctimas que lamentablemente fallecieron. La Fiscalía ha iniciado todas las investigaciones para poder conocer qué fue lo que ocurrió en este incidente”. A esa hora, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no se había manifestado sobre la peor tragedia de la capital en años.
Ciudad de México, una de las ciudades con más tráfico de América Latina, tendrá que lidiar con cortes en el transporte público y restricciones a la circulación. Sheinbaum ha indicado: “Permanece cerrada la línea 12 del metro y operarán 490 autobuses para cubrir el servicio”.
Uno de los momentos más angustiosos de la noche quedó recogido en vídeo. En las imágenes, se podía ver a un hombre atrapado en un coche rojo bajo los escombros del puente minutos después del accidente. Las autoridades han asegurado que consiguieron rescatarlo con vida y que fue trasladado a un hospital. Hacia las dos de la madrugada, la información del Gobierno apuntaba a que no quedaban más supervivientes bajo los escombros, aunque los servicios de emergencia, apoyados por la Marina, estaban todavía comprobando que no hubiera nadie más atrapado. Las autoridades desplegaron una grúa para sostener el tren que quedó en vilo al vencer la estructura del puente y permitir el trabajo de los rescatistas.
Los heridos fueron trasladados a los principales hospitales de la zona, en Tláhuac e Iztapalapa, en el sur de la ciudad. La calle de ingreso al hospital Belisario Roldán estaba completamente bloqueada por unas 50 ambulancias que llegaron al lugar con víctimas del accidente y por decenas de familiares buscando a los heridos. María esperaba a las puertas del hospital novedades de su marido Víctor, que volvía de trabajar en metro. Vio cómo lo ingresaban en el centro en una camilla, con los pantalones rotos: “Hace una hora que no me dicen cómo está”, cuenta la mujer llorando. La crisis a las puertas del hospital recordó a otras trágicas, como el terremoto de hace cuatro años.
“¡Rómpelo con algo, güey!”
Y justo como hace cuatro años, los vecinos de la zona fueron los primeros que comenzaron a retirar los restos del puente de hormigón para ayudar a los que estaban atrapados en los vagones. Las imágenes de un grupo de hombres abriendo con sus manos las puertas del metro recordaron el enorme ejemplo de solidaridad que dio México al mundo tras la tragedia del sismo. “¡Rómpelo con algo, güey!”, gritaba un hombre que grababa a otros mientras forzaban la puerta para tratar de sacar a los heridos, minutos antes de que llegaran los equipos de rescate de la capital.
A unos metros del siniestro, tres jóvenes de la Brigada Rotario, una organización especializada en rescates desde hace más de 10 años, aguardaban frente a las vallas de acceso al lugar de la tragedia, pero las autoridades ya desplegadas en la zona les negaban el paso. “Lo que dicen es que ya hay riesgo de colapso en otra parte del puente”, señalaban. Al lugar acudió también un grupo de topógrafos forenses para evaluar los riesgos en la zona.
Entre los heridos se encontraba Esmeralda Serrano, de 21 años, vecina del barrio. Salía cojeando del perímetro policial, en pantalón corto, con una venda en el muslo derecho y debajo una herida sangrante: “Yo andaba pasando por allí. Estaba saliendo de casa de unos amigos, iba a casa de mi mamá y me cayó una piedra bastante grande. Me hizo un hoyo en la pierna”, contaba. Serrano recordaba mucho polvo. “No escuché nada, andaba con mis amigos. No sé cuánta gente quede ahí dentro. He escuchado que había dos bebés cuando estuve ahí”, añadía asustada.
Claudia Sheinbaum ha asegurado que ya se ha abierto una investigación para esclarecer el suceso y ha insistido en que se depurarán responsabilidades. El secretario de Exteriores, Marcelo Ebrard, uno de los artífices de la línea 12 del metro mientras fue jefe de Gobierno de la capital (de 2006 a 2012) ha lamentado el terrible accidente a través de un mensaje en Twitter: “Lo ocurrido hoy es una terrible tragedia. Mi solidaridad a las víctimas y a sus familias”. La ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, ha trasladado este martes su “solidaridad” con los familiares de los fallecidos y afectados por la tragedia, a los que ha enviado “un fuerte abrazo”.
La línea 12, envuelta en escándalos
La línea 12 del metro, inaugurada en octubre de 2012, fue durante muchos meses motivo de orgullo de la izquierda mexicana, que presumía de una histórica inversión de 1.800 millones de dólares y de que ofrecía servicio diario a casi medio millón de personas que antes no podían cruzar rápidamente una zona del sureste de la capital. Sin embargo, ya en 2014, se tuvo que suspender el servicio en 11 de las 20 estaciones que la conforman por “oscilaciones detectadas en las vías” que podían ocasionar un descarrilamiento.
Durante la gestión del actual canciller, Marcelo Ebrard, entonces como dirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), la construcción de esta línea se vio envuelta en un escándalo de corrupción que afectó a más de 30 funcionarios. Inaugurada al filo de terminar su mandato, poco más de un año después el funcionamiento fue suspendido por el nuevo alcalde, Miguel Ángel Mancera, aduciendo una serie de irregularidades y defectos que ponían en peligro a los pasajeros.
La polémica supuso un duro golpe a la carrera de Ebrard. Su trayectoria ascendente se truncó a partir de aquello. En 2015, irrumpió, altavoz en mano, en la Cámara de Diputados. Quería hacerse escuchar en una sesión de la comisión parlamentaria que investigaba el uso de 26.000 millones de pesos de presupuesto, casi un 50% más del monto previsto, en una operación en la que estuvieron involucradas grandes empresas como la mexicana ICA o la española CAF.
La línea 12 siguió siendo un quebradero de cabeza para los mandatarios hasta el Gobierno de Claudia Sheinbaum. Los vecinos de esta zona habían alertado a las autoridades de que el temblor del 19 de septiembre de 2017 había afectado a la estructura del metro de forma visible, concretamente en el punto que se hundió este lunes, que en este tramo de la avenida Tláhuac circulaba a través de un puente por el exterior. Las autoridades detectaron entonces un daño en el corazón del puente: la columna 69, que sostenía uno de los tramos de la línea, quedó dañada en la base, y el Sistema de Transporte Colectivo (SCT) ordenó su reparación, para la que invirtió tres meses de trabajo y 15 millones de pesos, según informaron las autoridades en enero de 2018.