La aparente paz que existía entre Berlín y Atenas, establecida después de que el Gobierno alemán diera luz verde al nuevo paquete de rescate que evitó que el país heleno colapsara, quedó hecha trizas este fin de semana, cuando dos importantes líderes de la democracia cristiana germana acusaron al Gobierno que dirige Alexis Tsipras de cometer graves irregularidades en el trato que su país da a los refugiados que intentan llegar a Europa.
El poderoso ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schäuble, y el ministro del Interior del Gobierno bávaro, Joachim Herrmann, lanzaron en dos entrevistas severas críticas al Gobierno griego, al que acusaron de no defender las fronteras exteriores y dejar de lado las obligaciones de Grecia con respecto a los acuerdos de Schengen.
Schäuble, que en su día tuvo una serie de encuentros calificados por la prensa germana como “poco amistosos” con quien entonces era su contraparte griega, Yanis Varoufakis, sobre la política económica de Atenas, admitió en una entrevista publicada ayer en Bild am Sonntag, que Atenas había ignorado durante años las reglas que obligan a los inmigrantes a solicitar asilo en el primer país de la UE al que llegan.
“Grecia ha recibido suficiente ayuda de Europa para enfrentar la llegada de refugiados”, señala Schäuble. “Los griegos no deben buscar el origen de sus problemas en los demás. Deben ver cómo ellos mismos lo pueden hacer mejor”, añade el ministro, que culpa a las autoridades griegas de dar un trato poco digno a los refugiados, y de haber hecho imposible que terceros países devuelvan a Grecia los refugiados para que sean registrados según lo estipulado en los acuerdos de Dublín. Grecia, que se ha convertido en el curso del año en una puerta de entrada para los inmigrantes que lograron cruzar el mar Egeo, ha tenido que aceptar en los últimos meses una avalancha de críticas de sus socios comunitarios, que le echan en cara que ha hecho poco para gestionar el flujo de refugiados.
Este aspecto fue también mencionado por el ministro del Interior bávaro, Joachim Herrmann, quien criticó la forma en que Grecia está asegurando sus fronteras exteriores. “Lo que está haciendo Grecia es una farsa”, señala el político en Welt am Sonntag. “Cada Estado que no pueda cumplir con sus obligaciones para asegurar sus fronteras, debe abandonar el espacio Schengen”, añade.
La Comisión Europea tiene previsto ampliar la presencia de Frontex, (Agencia Europea para la gestión de las fronteras exteriores de la UE) en Grecia, para ayudar a los griegos a imponer orden en su frontera con Macedonia.