Hacer una pequeña siesta a mediodía es, para mucha gente, una muestra de vagancia o, peor aún, una práctica que puede hacer que subamos de peso. Nada más lejos de la realidad. Según un reciente estudio del “Centro para la Investigación del Cerebro y el Comportamiento” de la Universidad de Haifa, en Israel, existen tres elementos básicos que nos permitirían disponer de una vida mucho más sana: hacer la siesta, beber agua y caminar.

Tres pilares que nos ayudarían a tener un cerebro más fuerte y resistente frente a enfermedades degenerativas como el alzhéimer, permitiéndonos, además, disfrutar de una memoria ágil y de un estado de ánimo más positivo.

Ahora dinos, ¿cuánta agua sueles beber al día? ¿Haces siestas? ¿Cuánto duran? Y más importante aún… ¿Sales a caminar todos los días? No te pierdas la siguiente información para poder cuidar de tu salud a través de estas sencillas pautas cotidianas.

1. La importancia de mantener un cerebro hidratado

Según la doctora Ana Adan, de la Universidad de Barcelona (España), en el momento en que perdemos un 2% de nuestra agua corporal, el cerebro empieza a resentirse. ¿Adivinas de qué modo? Nuestra concentración desciende, disminuye nuestra memoria a corto plazo y corremos el riesgo de sufrir cefaleas.

Nuestro cerebro, como ya sabes, necesita estímulos diarios para mantenerse fuerte y bien ejercitado, como un músculo más de nuestro cuerpo. Agradece sobre todo que le des informaciones nuevas, que te apartes un poco de la rutina, que seas curiosa y que desarrolles relaciones sociales positivas. Sin embargo, igual de importante es que lo mantengamos bien hidratado porque, a la mínima descompensación, baja el rendimiento cognitivo e incluso el ánimo.

Y lo peor de todo es que la mayoría de las veces ni siquiera nos damos cuenta de que nuestro cerebro necesita agua hasta que llega la cefalea, el cansancio o las dificultades de concentración. ¿Solución? Lee los siguientes consejos y empieza a ponerlos en práctica hoy mismo:

  • No esperes a tener sed para beber.
  • Lo mejor es beber pequeños sorbos a lo largo de todo el día.
  • Lo ideal es beber entre 6 y 8 vasos de agua al día. El resto de líquidos viene compensando por los propios alimentos que ingerimos.
  • Una forma fácil de conseguirlo es llevando en el bolso una botella de agua mineral. De ese modo se hace más accesible el ir bebiendo agua.
  • Ten en cuenta también que el agua no contiene sales minerales, necesarias para cubrir nuestro nivel de electrolitos. Así que no dudes en beber, por ejemplo, agua de coco o jugos naturales, muy apropiados para aportar al cerebro una pequeña dosis de nutrientes que le servirán de “energía”.

2. Consejos para hacer una buena siesta

No todo el mundo puede disfrutar de ese instante de relajación al mediodía. Ya sea por el trabajo o por responsabilidades personales, no siempre nos es posible tener ese “ratito de paz”. No obstante, sería necesario que lo buscaras puesto que, según nos explican los expertos, es un muy modo eficaz de recuperar el estado de alerta de nuestro cerebro y, además, de cuidar de nuestra salud cardíaca, tal y como nos revela un estudio de la Universidad de Berkeley, en Estados Unidos.

Toma nota de cómo debe ser la siesta “perfecta”:

  • No debe durar más de 20 minutos
  • La habitación debe estar en penumbra y sin ruidos
  • Haz la siesta tumbada, nunca sentada
  • La siesta debe hacerse entre las 12.30 y las 15.30
  • Haz la siesta 10 minutos después de haber comido
  • Desconecta el móvil (no te preocupes, son solo 20 minutos)
  • Deja tu mente en blanco
  • Cuando te despiertes, levántate poco a poco. Notarás como la energía empieza a activarte de inmediato y tienes la mente mucho más despejada

3. Un tesoro para tu salud general: caminar a diario

En nuestro espacio te hablamos muy a menudo de los beneficios de caminar a diario para tu corazón, para regular tu peso o para mejorar la salud de tus huesos. Ahora bien, ¿sabes todo lo que hace por tu cerebro la simple costumbre de andar todos los día durante media hora? Estos son los datos que nos aportó un estudio de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, y que la BBC tomó para realizar un interesante reportaje en la televisión:

  • Caminar 10 km a la semana nos protege frente al deterioro cognitivo. De hecho, personas diagnosticadas ya con alzhéimer presentan un avance mucho más lento de la enfermedad si incluyen en sus rutinas paseos diarios de entre 20 y 30 minutos.
  • Caminar nos protege frente a la muerte de células de nuestro cerebro, al nutrirlas y oxigenarlas mejor.
  • Caminar nos aporta emociones positivas, lo cual nos hace estar “más presentes” y mejorar nuestra memoria. Además, tampoco podemos olvidar lo terapéutico que resulta andar a diario para combatir la incidencia de depresiones u otros problemas emocionales.
  • Este dato te va a resultar curioso: Según este estudio, el simple hecho de pasear por zonas verdes donde hayan árboles mejora nuestra concentración y nos ofrece una grata sensación de tranquilidad y felicidad. Así pues, ten en cuenta que, si tienes la oportunidad, es recomendable que camines por un parque antes que por una zona urbana. Tu vista se relajará y el cerebro podrá estar más desocupado y no tan pendiente de evitar peligros, como semáforos en rojo, tropezar con otros viandantes, etc.

En conclusión, aspectos tan básicos y sencillos de poner en práctica como hacer la siesta, mantenernos hidratados y caminar a diario se alzan como grandes aliados para la salud de nuestro cerebro. Así pues, ¿por qué no ponerlos en práctica hoy mismo?

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