Las temperaturas están cada vez más bajas y el invierno se hace notar en cada una de nuestras actividades. ¡Incluso en la factura del gas y la electricidad de casa!
El consumo energético correspondiente a la estufa o brasero eléctrico es casi la mitad del generado en el hogar.
¿Te gustaría aprender a calentarlo si necesidad de encender la calefacción?
En este artículo te contamos cómo hacerlo. ¡Te asombrará saber lo fácil que son estas técnicas!
Alternativas para calentar la casa
Es verdad que una vivienda con la estufa encendida da sensación de calidez, de reunión o de refugio. Todo muy bonito hasta que nos toca pagar la cuenta.
Lamentablemente, la casa no propaga calor por sus propios medios. Por ello debemos ayudarla con diversos aparatos e incluso hábitos para que durante todo el invierno solo precisemos encender la calefacción algunas horas.
La clave, como indican en el colegio profesional de ambientólogos de Andalucía, reside en la energía solar.
El sol está presente aún en el más crudo invierno y hasta en los días nublados. Para evitar encender la chimenea o el brasero puedes seguir estos prácticos tips:
Ventilar la casa
Si, como lo has leído. El quid de la cuestión está en no sobrepasarse. Entre cinco y diez minutos al día es suficiente (todo depende del tamaño de las ventanas y de los ambientes).
¿Cuándo se debe ventilar? En los momentos de mayor incidencia solar, es decir, por la mañana o hasta el mediodía.
Dormir en los ambientes más soleados
Si tu habitación no recibe el calor del sol es poco probable que se mantenga caliente durante el invierno. Una buena idea es cambiar de lugar los ambientes y dormir en aquellos que cumplen con estos requisitos.
Encerrar el frío
Cerrando las puertas y las ventanas de ambientes que no se usan demasiado podrás evitar que el calor conseguido desaparezca.
Acota el calor. Por ejemplo, si tienes una habitación de huéspedes y nadie se quedará a dormir allí, mantén la puerta cerrada. Genera espacios pequeños de calor según donde estés más.
Usar colores oscuros para pintar el exterior
Si puedes, pinta las paredes de afuera de colores oscuros, ya que estos absorben el calor y lo mantienen encerrado (lo mismo sucede con la ropa negra). Si no te agrada mucho la idea, puedes combinar con un diseño que incluya tonos más claros.
Evitar las persianas y cortinas
Si no estás en casa para cuando el sol está en su máximo esplendor entonces opta por dejar las cortinas abiertas. De esta manera ingresará más calor.
Cuando anochezca, cierra todo para que la temperatura no descienda tan bruscamente. Recuerda que no siempre este proceso está ligado al momento del día sino a la orientación del hogar.
Poner material aislante en las paredes
Si son huecas y puedes hacer algunas reformas esta opción es bastante viable. Sirve para mantener el calor tanto interno como externo.
En el caso de que las paredes sean macizas te convendrá revestirlas con fibra de celulosa. Las cañerías que pasen por la intemperie también deberían aislarse o envolverse para no perder agua caliente.
Usar cinta adhesiva
Si bien no queda muy bonito, es una idea asequible y que se puede retirar sin problemas cuando llega el verano o si debes mudarte del piso que alquilas.
Compra en una ferretería una cinta aislante y úsala para tapar todos los agujeros o fisuras en ventanas y puertas. No te olvides de las rendijas para evitar que el frío pase por cualquier sitio.
Poner aislantes en las ventanas
Se venden vidrios dobles e incluso triples que se instalan en las ventanas y aislan, tanto de temperatura como de sonidos.
Si las vas a cambiar te conviene elegir marcos de madera en lugar de aluminio, porque estos últimos conducen el frío.
Plantar árboles
En la puerta de tu casa sería bueno que hubiera un árbol del tipo caducifolio, que durante el otoño e invierno no tiene hojas y en verano y primavera es bien frondoso.
De esta manera cuando hace frío deja pasar el sol a las ventanas y lo contrario cuando hace calor. A su vez, sirven para proteger del viento y de los ruidos de la calle.
Poner alfombras
Si no eres muy amante de las que se pegan al suelo porque después en verano son un suplicio, no importa. Puedes colocar algunas movibles en los sitios donde más estés como, por ejemplo, la sala o el comedor.
También dispón una al lado de la cama para cuando te levantes.
Vestir más abrigado
Por culpa de la calefacción pretendemos estar adentro de casa con una sola capa de ropa y la estufa encendida al máximo. ¿Qué tal si haces al revés? Por ejemplo, usar calcetines, una chaqueta o un pantalón más abrigado.
Cuando tengas que ir al baño a la noche, no camines descalzo… ¡usa un buen calzado! Vístete de forma tal que puedas moverte sin problemas y al mismo tiempo no requieras encender la estufa por más tiempo.
Por supuesto, en la cama debes colocar más cantidad de ropa, como una manta bien gruesa. Los materiales más recomendados son el polar y la franela. Cuando estés en el sofá mirando una película no dudes en usar algo para taparte.
Comer acorde a la época del año
Una sopa, un guiso, unas pastas y un café antes de dormir (en taza pequeña para evitar el insomnio). Son solo algunas ideas de comidas que aumentarán la temperatura corporal y evitarán que enciendas la calefacción al máximo.
Elige especias como jengibre, curry o pimienta para condimentar tus preparaciones.
REFERENCIAS
http://elpais.com/elpais/2015/01/22/buenavida/1421926098_497439.html