Tras el cierre generalizado de planteles y la suspensión de actividades presenciales, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) prevé que el Covid-19 tendrá impactos importantes en la continuidad de los estudios de los mexicanos y estima que 1.4 millones de estudiantes no regresarán a clases en el ciclo escolar 2020-2021.
“De acuerdo con la estimación de alumnos que no continuarán sus estudios en el nivel medio superior, se trata de una reducción de 15.55%, mismo porcentaje que se proyecta en la matrícula de jóvenes registrados en educación superior y posgrado”, señala.
“Si bien no existen datos del comportamiento en la matrícula para el siguiente ciclo escolar a raíz del coronavirus, el ejercicio propuesto para este documento considera las estimaciones de la SEP sobre una posible pérdida en la transición de educación secundaria a la media superior para el ciclo 2020-2021, equivalente en al menos 800 mil alumnos”, indica.
Se perderían 800 mil estudiantes en el tránsito de secundaria a preparatoria; 593 mil abandonarían sus estudios universitarios y 38 mil 567 los de posgrado, para un total de un millón 431 mil 567 alumnos. No se tiene un cálculo de cuántos alumnos dejarían la educación básica, puesto que tradicionalmente es el nivel con menor deserción escolar.
El estudio advierte que esta situación contribuirá al incremento de las brechas de pobreza, implicaría un retroceso a las condiciones en que se encontraba el país en 2015 y los más afectados serían los estudiantes de educación media superior, pero en especial las niñas y adolescentes.
“Los largos periodos de cierre de escuelas conllevan al posible abandono escolar de las y los estudiantes de condición socioeconómica más frágil, contribuyendo de esta manera al incremento de las brechas de pobreza”, señala el PNUD en su análisis Desarrollo humano y Covid-19 en México. Desafíos para una recuperación sostenible.
“Pueden tener un impacto permanente en la vida de las niñas, quienes son obligadas a realizar tareas del hogar, lo cual reduce las posibilidades de que retomen su educación”, agrega.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advirtió que la necesidad de apoyar económicamente a las familias será uno de los factores que expulsen a niños y adolescentes de la escuela; el mayor riesgo está en el tránsito de primaria a secundaria, y luego de secundaria a preparatoria, advirtió.
La jefa de Educación de UNICEF en México, Astrid Hollander, explicó que ante el cierre las escuelas, el riesgo más grande está en el paso de la primaria a la secundaria, y de ésta a media superior.
Reconoció que ha habido un esfuerzo significativo del gobierno mexicano por implementar estrategias de aprendizaje a distancia. Sin embargo, no todos los estudiantes lograron acceder al programa
Aprende en Casa porque no contaban con computadora, internet e incluso señal de televisión, tampoco se pudo reemplazar la experiencia educativa en el aula, y el no lograr los aprendizajes esperados genera frustración en los estudiantes.
Al coctel expulsor se suma el ingrediente económico. Antes de la pandemia, la falta de dinero para tener educación era un factor para que los adolescentes dejaran la escuela. Ahora, ante la crisis económica generada por el Covid-19, el dinero se ha convertido en una razón más poderosa para las familias que perdieron o redujeron sus ingresos, quienes pueden ver necesario que sus hijos aporten recursos a la casa.
“El cierre prolongado de las escuelas significa una interrupción en el aprendizaje que puede llegar a tener rezagos, y que los que ya estaban en riesgo de abandonar ahora están mucho más desenganchados”, dice.
“Los factores pueden ser diversos pero las razones principales son económicas: el costo directo de la educación —transporte, uniformes, útiles escolares— que no puede sostenerse, y el de oportunidad, que en vez de enviarlos a la escuela, los chicos y chicas salen al mercado laboral o empleos informales para crear un ingreso para sus familias”, precisa.
A partir del próximo ciclo escolar, la Secretaría de Educación Pública (SEP) arrancará un sistema de alerta temprana para atender las causas y tratar de mitigar el abandono escolar.
En una ficha informativa la SEP subraya que el esquema censará a los estudiantes inscritos, reinscritos, a quienes mantienen un vínculo con su docente y a quienes no lo hacen pero son localizables.
La experiencia internacional indica que la deserción escolar y la lenta recuperación del aprendizaje son, en el largo plazo, los efectos indeseados de pandemias sanitarias y de los desastres naturales.
En México, en un contexto sin pandemia, el PNUD estimó que para 2021, los años esperados de escolaridad para los mexicanos serían de 13.65 años; sin embargo, ante la deserción escolar generada por la epidemia de coronavirus, se perderían los avances conseguidos en los últimos seis años.