Unos pocos cientos de tortugas gigantes que viven en un lado de la isla de Santa Cruz, en las Galápagos, no pertenecen en realidad a la misma especie que una segunda y más numerosa población que vive a menos de 10 kilómetros de distancia. Así lo ha revelado un análisis genético llevado a cabo por el equipo de Gisella Caccone, del departamento de ecología y biología evolutiva de la Universidad Yale en Estados Unidos, y Washington Tapia, del Parque Nacional Galápagos en Ecuador.

El reconocimiento de la tortuga oriental de Santa Cruz como una especie distinta proporciona nueva información sobre la historia de estos iconos evolutivos que viven en la cadena de islas que inspiró a Charles Darwin para vislumbrar el carácter evolutivo de la vida.

La población occidental en la isla, más numerosa, alcanza unos 2.000 ejemplares y vive principalmente en un parque nacional protegido. Muy distinta es la situación para la otra especie, debido a su número inferior de individuos y a la desprotección que ha sufrido hasta ahora. Es muy probable que la tortuga oriental de Santa Cruz necesite una mayor protección.

Ya se habían notado diferencias en los caparazones entre los individuos de una población y los de la otra, pero se había asumido que se trataba simplemente de variaciones dentro de la misma especie. Sin embargo, el minucioso análisis genético ha revelado que en realidad son tan genéticamente distintas como pueden serlo dos especies que viven separadas una de otra, cada una en una isla propia.

Fuente NCYT