En una marcha llevada a cabo la tarde del sábado en el centro de la ciudad, un reducido grupo de feministas exigieron la despenalización del aborto y el respaldo del Gobierno para garantizar su realización de manera segura. Sin embargo, la protesta tomó un giro inesperado cuando algunas manifestantes optaron por acciones de vandalismo en las oficinas del Congreso del Estado de Campeche.
Durante el recorrido por las calles del centro, las activistas expresaron sus demandas con consignas enérgicas dirigidas tanto al Gobierno como a los diputados locales. Sin embargo, una vez dentro del recinto legislativo, la protesta dio un giro violento.
Las manifestantes vandalizaron las instalaciones del Congreso, grafiteando paredes y cristales. Además, se informó que quemaron la bandera de México como parte de sus acciones de protesta. Estos actos de vandalismo han generado repudio tanto entre la sociedad como en diversos sectores políticos.
La protesta feminista originalmente buscaba visibilizar las demandas relacionadas con la despenalización del aborto y el respaldo gubernamental para garantizar su realización de manera segura. Sin embargo, los actos de violencia y vandalismo han eclipsado el mensaje original y generado un debate sobre los límites de la protesta pacífica en el contexto social y político actual.