Muerte y desolación empiezan a hacer estragos en el sector ganadero, en donde hasta el momento han muerto 45 mil cabezas de ganado, superando tres veces las muertes que se suscitaron a consecuencia de las inundaciones que arrasaron con la zona de pastoreo ubicada en la cuenca del Puxcatán.

La Asociación Ganadera Local ( AGL), que preside Mario Iván Jiménez Mendoza, lucha contra junto a los productores, quienes ven cómo en sus ranchos el ganado muere por inanición, débiles y enfermos, luego de que el alimento ha escaseado y los campos fueron atacados por plaga de gusano, principalmente en la zona que dejaron libres las aguas.

Al momento se reportan por lo menos 45 mil muertes de semovientes, lo que resulta un impacto devastador. Esto merma totalmente la comercialización, al caer en el centro de acopio hasta un 70 por ciento la compra para el embarque.

Ante el letal panorama, la AGL mantiene un trabajo constante para buscar que los productores puedan enfrentar la falta de alimento con caña molida y silos de maíz, a la vez que buscan que les paguen el seguro catastrófico y así intentar salvar algunas de las reses que aún les quedan.

El panorama desolador que presentan los lomeríos y potreros en la zona baja, los productores apenas tienen para adquirir vitaminas y antibióticos para que sus animales no mueran y puedan aguantar un poco más, sin embargo, la muerte se enseñorea en todo el territorio macuspanense.