Ingrid Vaca Diez es una abogada boliviana que en el año 2000 comenzó a fabricar hogares con materiales reutilizados. Pero lo mejor de su proyecto llamado “Casa de botellas” es que las viviendas construidas se destinan a personas sin techo que viven en condiciones de extrema pobreza.

Ingrid estaba inspirada por la idea de construir reutilizando, por eso comenzó a investigar cuáles eran las mejores maneras de llevarlo a cabo. A partir de ahí, encontró un sistema eficiente que utiliza botellas de PET combinadas con cemento, cal, arena, pegamentos, sedimentos, residuos orgánicos y botellas de vidrio para la construcción.

El método consiste en llenar las botellas con arena para que los muros sean resistentes. Luego, se apilan y amarran entre sí para construir habitaciones. Finalmente, son fijadas con cemento y cal.

Las botellas de PET demoran entre 100 y 700 años en degradarse, por eso reutilizarlas es muy importante.

El proyecto de Ingrid ayuda no sólo a los beneficiaros de las viviendas, sino a todo el medio ambiente en general. Hay muchas otras formas de reutilizar botellas, por ejemplo para crear un calentador solar con botellas PET o un filtro de agua con botellas de PET.

Ingrid asegura que veinte días son suficientes para construir una casa con ayuda de sus futuros habitantes.

En estos quince años de proyecto, se han creado más de 300 casas en Argentina, México, Panamá, Bolivia y Uruguay.  Con ellas Ingrid ha ayudado a cientos de personas víctimas de diferentes situaciones. En muchos casos del desempleo y la exclusión social, y también, por ejemplo, en 2010 viajó a Haití para participar de la reconstrucción del país tras el terremoto que lo sacudió en ese año.

El próximo desafío de Ingrid será llevar el proyecto a Brasil, el país más grande de América Latina. Allí hay grandes necesidades habitacionales, pero se cree que será más fácil recoger botellas ya que la cultura del reciclaje y la reutilización está más avanzada.