Hace 5.000 años, mientras se desarrollaban las civilizaciones mesopotámica y egipcia, prosperó una compleja cultura entre el mar de Arabia y el Himalaya, alrededor del río Indo, del que toma el nombre. De ella han quedado las ruinas de fortificaciones, puestos de comercio y grandes urbes, como Harappa y Mohenjo-Daro, en lo que hoy es Pakistán, que ya contaban con sistemas de alcantarillado.

Entre las ruinas de  esta última se han recuperado pequeñas esculturas de terracota y tablillas con inscripciones y lo que parecen pictogramas, quizá un tipo de escritura, que aún no se ha logrado descifrar. A partir de los hallazgos arqueológicos, los expertos apuntan que se trataba de una sociedad más centrada en la elaboración de bienes prácticos que en la construcción de monumentos.

Sin embargo, poco se sabe de su sistema de gobierno, tecnología bélica o, quizá lo más desconcertante, su abrupta desaparición. En el siglo XXII a. C., mientras el caos se extendía por Egipto y el Imperio acadio, las bien planificadas ciudades del valle del Indo vivían un momento de esplendor. Y aun así, pocos cientos de años después, entre 1800 y 1600 a. C., fueron abandonadas.

Para explicarlo, se han planteado distintas hipótesis, desde invasiones y revueltas políticas hasta catástrofes naturales. Una de las que cuenta con mayor aceptación es que pudo darse un cambio brusco en el curso de algunos cauces fluviales, lo que provocó graves inundaciones. Se han hallado indicios de que en esa época tuvo lugar, además, una prolongada sequía, lo que pudo haber destruido la economía de la región y reducido drásticamente los intercambios comerciales con Mesopotamia y Egipto.

Fuente: Muy Interesante / Abraham Alonso / Imagen: Saqib Qayyum / CC