Lo que ahora es un grito popular en los estadios de futbol en México surgió hace 30 años en un emparrillado aunque su objetivo original no era insultar a alguien.
En los años ochenta, en los partidos de la Asociación de Futbol Americano Infantil de Monterrey (AFAIM) un equipo llamado Potros tenía en las tribunas a sus aficionados, quienes se caracterizaban por inventar sus propias porras.
En cada “Kickoff” la porra aplaudía y comenzaba a gritar ‘eeh… Pum’ al momento de que el pateador tocaba el ovide.
Esta misma costumbre se trasladó 10 años más tarde a la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano (Onefa), donde la porra del Estadio Tecnológico también lo hacía en cada “kickoff” para apoyar a los Borregos Salvajes del Tec de Monterrey.
El grito pasó al soccer en 2001, durante el torneo Invierno 01, cuando la afición de Rayados lo adoptó para presionar a los porteros rivales.
La frase cambió de sentido en Guadalajara en 2003 durante el Preolímpico. En ese año el “PUM” se sustituyó por el “Puto”.
Uno de los casos más reconocidos de este hecho fue cuando el portero Oswaldo Sánchez declaró que estaba agradecido con Atlas por haberle dado la oportunidad de debutar pero su corazón pertenecía a Chivas.
Esto desató el enojo de la afición rojinegra que dedicaba el grito al arquero mundialista. Desde entonces se popularizó en todas las canchas de la Liga MX hasta hacerse mundial.
El último episodio de este hecho fue la multa de 20 mil francos suizos para la Federación Mexicana de Futbol por considerarla homofóbica y discriminatoria.
Fuente: Medio Tiempo (Portal electrónico)/Foto: Internet