El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jeh Johnson, ha anunciado nuevas medidas de seguridad en los aeropuertos extranjeros que tienen conexión directa con el país comenzando por los de Oriente Medio, luego que haya trascendido por informaciones de los servicios de inteligencia que una artefacto explosivo colocado en el interior de la bodega del avión de la aerolínea rusa Metrojet lo derribó a tierra en la Península del Sinaí, en Egipto, la madrugada del pasado sábado 31 de octubre.
“Estas mejoras complementarán los requisitos de seguridad de la aviación de Estados Unidos actualmente en vigor en todos los aeropuertos extranjeros que sean punto de salida, así como las mejoras de seguridad adicionales que ordené el verano pasado en ciertos lugares del extranjero”, informó Johnson en un comunicado.
Aclaró que, si bien no hay vuelos directos entre Estados Unidos y la localidad egipcia de Sharm El Sheikh y aunque la investigación sobre el suceso aún no ha concluido, el incremento de las medidas de seguridad aérea se ha decidido por “precaución” y tendrá carácter “temporal”.
Johnson detalló que el aumento de las medidas de seguridad incluye un mayor control de los objetos que los viajeros quieren introducir en la aeronave, evaluaciones de los aeropuertos en colaboración con sus socios internacionales y la oferta del Gobierno estadounidense de asistencia en seguridad a determinadas terminales extranjeras.
Agregó que, “en este momento, estas mejoras de seguridad están destinadas sólo para ciertos aeropuertos extranjeros en la región de Oriente Medio”.
“Si bien no podemos hablar de todos los detalles de nuestras medidas de seguridad aéreas o las mejoras observadas, quiero dejar claro a los viajeros que el Departamento de Seguridad Nacional está trabajando de cerca con nuestros socios nacionales e internacionales para evaluar la causa del accidente del vuelo 9268 y continuará tomando las medidas de seguridad preventivas apropiadas”, insistió Johnson.
Estas medidas se adoptan después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, se refiriera este miércoles a la posibilidad de que un artefacto explosivo dentro de la aeronave fuera el causante del derribo del Airbus A-321, que partió de Sharm El Sheikh con destino a la ciudad rusa de San Petesburgo y en la que fallecieron las 224 personas que iban a bordo.
Los directivos de la aerolínea MetroJet apuntan a la posibilidad de una “acción mecánica exterior” como causa del siniestro, mientras se investigan los motivos por los que el avión se destruyó en el aire 23 minutos después de despegar.