La gira pastoral que el Papa Francisco realizará por México genera entre la población mexicana expectativas que van de la esperanza a la renovación de la fe.
En un país considerado entre los que tienen mayor cantidad de creyentes católicos en el mundo, es manifiesto el interés por la visita del primer pontífice latinoamericano, en las ciudades que incluye su agenda, igual que en todos los puntos que no tocará.
Jorge Mario Bergoglio sólo estará en la Ciudad de México; en el vecino municipio mexiquense de Ecatepec; en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en el sureste del país; en la capital de Michoacán, en el centro-occidente, y en Ciudad Juárez, Chihuahua, ubicado en la línea fronteriza con Estados Unidos.
Pero hay quienes como Mary, en Puebla, imaginan la bienvenida que se dará al Papa; o Rubén, quien en Guanajuato se alegra e interpreta la visita como un “ir a buscar a la oveja perdida”.
Pocas son las esperanzas de María Teresa de trasladarse el 12 o el 13 de febrero desde Tlaxcala a la Ciudad de México para ver al Papa, pero sí son muchas de que Francisco haga un exhorto para que México viva en paz.
Juan y Natally esperan que abogue en favor de los migrantes, y para Oscar la gira pastoral del obispo de Roma es “una luz” ante la violencia; y la esperanza de Gabriela, en San Luis Potosí, es que “a la mejor ya viniendo él nos bendice poquito nuestro México”, además de fomentar un “contacto más humano”.
La fe existe, y la esperanza de una renovación es mayor, por eso el llamado “Él sabe que México es la puerta de América Latina, es la puerta para entrar a las personas creyentes del catolicismo”, confía Olga, en Guanajuato.
Fuente: notimex/doh/Foto: archivo