BUENOS AIRES.- Los principales sindicatos opositores de Argentina realizaron una huelga general para exigir mejoras salariales y una rebaja en el impuesto que grava los sueldos, en medio de una economía que se encuentra estancada cuatro meses antes de las elecciones presidenciales.
La medida de fuerza, la segunda desde marzo, afectaba principalmente al transporte público de pasajeros y de cargas, al transporte aéreo, hospitales, gasolineras y puertos.
Es una jornada más que seguramente va a quedar en la historia, una jornada con adhesión muy importante, el paro (huelga) es muy importante, lo que demuestra la disconformidad con la política en contra de los trabajadores”, dijo en conferencia de prensa Hugo Moyano, secretario general de la central obrera disidente.
El gremialista Pablo Micheli agregó que “si esto no se revierte, va a haber más paro (huelga) y más lucha. Se necesita voluntad de cambio (del Gobierno)”.
Los organizadores dicen que la huelga es principalmente para exigir al Gobierno que alivie la presión impositiva ante la caída del poder adquisitivo como resultado de una inflación galopante. También se reclama aumento salarial y que las negociaciones por estos incrementos no tengan techo.
El acatamiento es total, hoy no funciona nada. El paro es el síntoma de que algo está mal”, dijo a Reuters Omar Pérez, el secretario de Transporte del poderoso Sindicato de Choferes de Camiones.
Las terminales de autobuses se encontraban desiertas, mientras se verificaba un aumento del tránsito de autos particulares. Activistas de partidos opositores bloquearon algunos ingresos a la ciudad de Buenos Aires.
El Gobierno rechazó las demandas de los gremios.
Pese a que la presidenta Cristina Fernández no puede presentarse a la reelección por una restricción constitucional, el oficialismo cuenta con amplias posibilidades de mantenerse en el poder.
Las encuestas muestran que el candidato del peronismo gobernante Daniel Scioli lidera la intención de voto para los comicios de octubre junto al opositor Mauricio Macri.
La huelga, que se da en medio de negociaciones salariales entre sindicatos y empresas, fue convocada inicialmente por los gremios del transporte, pero luego se adhirieron las poderosas centrales sindicales opositoras.
Si bien el Gobierno reconoció que el actual diseño del Impuesto a las Ganancias es injusto para muchos argentinos, también destacó que es necesario para solventar los gastos sociales en momentos en que la economía se encuentra estancada.