En el mes de noviembre del 2014, se presentaron los primeros casos positivos del virus del chikungunya en Chiapas, 8 en hombres y 6 en mujeres. Al cierre de 2014, los casos eran 155.
Según el documento “Número de casos reportados de Chikungunya en países o territorios de las Américas 2015” actualizado al 04 de septiembre, hay 18 mil 109 casos confirmados de chikungunya y 546 mil 199 casos sospechosos. De ese total, en México se reportan 4 mil 570 casos confirmados, por encima de Ecuador que tiene 3 mil 813 casos y de Nicaragua con 2 mil 853.
De acuerdo al boletín emitido por la Dirección General de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud Federal, en la semana 34, correspondiente del 23 al 29 de agosto, los casos confirmados eran 5 mil 721, en 17 estados de la república, siendo Guerrero el que presenta la cifra más alta, con 1,434 casos, seguido de Oaxaca, Michoacán, Veracruz y Chihuahua.
En Yucatán, fue a finales del mes de junio de 2015 cuando la Universidad Autónoma de Yucatán, a través de la Unidad de Ciencias Biomédicas, alertó mediante un comunicado, de la llegada a tierras yucatecas de este virus. No pasó ni una semana y los casos confirmados ya eran 6, uno en hombres y cinco en mujeres.
Del 28 de junio al 29 de agosto, que corresponden a las semanas 26 a 34 de vigilancia epidemiológica, los casos se incrementaron en un 2983%, llegando a los 185 casos, de los cuáles 66 se presentaron en hombres y 119 en mujeres, colocando a Yucatán en la posición nacional número ocho.
Esos 185 casos que las autoridades de salud reportan, surgen después de que la persona acude al centro médico y se le realizan los estudios serológicos y virológicos correspondientes; sin embargo, no hay que perder de vista que muchas personas, a sabiendas de que no hay un tratamiento curativo, opta por la automedicación. Esos casos no se registran.
En las últimas dos semanas, los centros de salud tanto públicos como privados, no han tenido la capacidad para enfrentar el brote, en las farmacias difícilmente se consigue paracetamol e incluso el repelente para los moscos se ha agotado.
El mega operativo de descacharrización, realizado el fin de semana pasado, es de suma importancia, sin embargo también hay que señalar la falta de acciones preventivas de fondo y sobre todo permanentes. Asumir el papel de velar por la salud de una sociedad no es fácil, se requiere de una estrategia integral, en la que se involucre a la propia comunidad y en el que la continuidad es fundamental.
El problema en Yucatán, es que se está reaccionando con lentitud a los hechos, cuando se debió prevenir desde la alerta de la llegada del virus. Una campaña masiva sobre el virus, sus efectos, síntomas y maneras de prevenir hubieran evitado tantos casos positivos y abonado a la cultura de la prevención que tanta falta nos hace.
En Cuba, por ejemplo, el sistema de salud opera desde los Comités de la Defensa de la Revolución, y se tiene un modelo a seguir en materia de prevención, en el que la población está consciente y se suma a la acción organizada que se realiza casa por casa. Para los casos de dengue, la fumigación se realiza por periodos determinados, previo, durante y después de los periodos de lluvias.
Si bien, este virus no fue institucionalmente atacado a tiempo, tampoco es tarde para empezar a trabajar en la cultura de la prevención.
Por Teresa Chan.